PROTOCOLO EN LA MESA: NORMAS, REGLAS Y ETIQUETA
Saber desenvolvernos en la mesa nos da mucha seguridad en una cena formal y no es nada complicado, solo una cuestión de práctica.
Las reglas y la etiqueta que rigen a la hora de sentarse a una mesa formal nos resultan a menudo un poco intimidantes. Tememos no recordarlo todo y confundirnos con algo. Muchos utensilios diferentes y algunas normas básicas. Por eso, hoy queremos hablarte del protocolo en la mesa.
Y se nos ocurre que una forma fácil y divertida de saber más sobre las normas, las reglas y la etiqueta que se requiere en cualquier comida formal es aprender a poner la mesa. Poner una mesa formal no es algo que todo el mundo maneje con seguridad. Pero es cierto que una vez que sabemos hacerlo, sentarse en cualquier mesa formal como comensales nos va a resultar una experiencia mucho más relajada. Hoy te proponemos el reto de practicar estas sencillas reglas en casa durante unos días. La práctica hace al maestro, y todos nos sentamos a comer varias veces al día, así que ya no hay excusa.
El arte de organizar una mesa
Cuando preparamos un desayuno con amigos, un almuerzo o una cena especial con familiares o compañeros de trabajo, y queremos que resulte algo espectacular, no nos va a bastar solo con la comida que sirvamos.
Manejar con soltura la etiqueta en la mesa es un arte que nos permite socializar sin problemas, y una de las habilidades sociales que merece la pena desarrollar. Hoy lo haremos como anfitriones, y nos fijaremos en los diferentes detalles.
Normas generales para poner una mesa.
Vamos a repasar algunas normas generales que son bastante fáciles. Para poder poner una mesa correctamente necesitamos de algunas cosas básicas que no nos deben faltar. Un juego completo de mesa consiste en: una vajilla, un juego completo de cubiertos y una cristalería.
Pero lo primero es vestir la mesa. Y aquí es donde comenzamos a crear arte. Independientemente del tipo de mantel que vayamos a utilizar, toda mesa formal debe contar con un muletón o protector que proteja la mesa y que la hace mucho más cómoda de utilizar para nuestros invitados.
Los manteles de las cenas más formales han sido tradicionalmente los de color blanco o de tonos muy claros, aunque eso hoy ha cambiado y podemos utilizar cualquiera que nos inspire. Lo importante es que debe lucir una limpieza perfecta y estar concienzudamente planchado. Aquí no hay negociación. Un mantel arrugado o con manchas arruina cualquier reunión.
Los cubiertos.
Empecemos con los cubiertos, que son siempre los que dan más miedo. El tenedor va siempre a la izquierda del plato y el cuchillo y la cuchara a la derecha. La regla más básica de los cubiertos es que se colocan en orden inverso a su secuencia de uso. Esto quiere decir que los primeros que se vayan a utilizar deben situarse en la parte más alejada del plato.
Los cuchillos se colocan siempre con la hoja de cortar mirando hacía el plato. La distancia en que coloquemos el cuchillo del plato es la misma que usaremos para colocar el resto de los cubiertos.
El set de cubiertos básicos es: la cuchara, el tenedor, el cuchillo y los cubiertos para el postre. Estos últimos se colocan siempre frente al plato, en la parte superior más alejada del comensal. Dependiendo de la ocasión, podemos hacernos con algún tipo de cubierto extra.
Los extras suelen ser los cubiertos para el pescado, cucharillas para el helado o sorbete y cubiertos para el marisco. Si como comensal se tienen dudas de para qué es cada cual, solo hay que recordar usarlos en el orden en que sirvan los platos.
Las copas
El cuchillo de la cena es también el indicador para colocar las copas. La copa de agua debe colocarse alineada con el cuchillo, y el resto de las copas se alinean de mayor a menor tamaño a la derecha de la copa del agua. Los juegos de cristalería son muy diferentes entre sí, aunque esta norma sirve para la mayoría de los diseños de mesa formal.
Debemos colocar siempre al menos dos copas, una para el agua y otra para el vino. Si hay más de dos clases de vino, se pone una para cada tipo, una de vino blanco y otra de vino tinto. La copa de vino tinto se coloca después de la del agua. Si la cena es muy formal, pueden colocarse más copas.
La vajilla
Podemos empezar la presentación de la mesa con un bajo plato. Pero siempre debe haber un plato llano y uno hondo, aunque solo vaya a utilizarse el hondo. Los platos hondos no se colocan jamás solos. Se presenta el bajo plato, el plato llano y el hondo. Hay que asegurarse de tener una vajilla completa.
Los platos se colocan separados entre sí unos 45 centímetros y a 2 o 3 centímetros del borde de la mesa. El platillo del pan se coloca en la parte superior izquierda, y se le puede añadir un pequeño cuchillo para untar mantequilla.
La comida se sirve siempre por la izquierda, a no ser que venga ya emplatada. En este caso puede servirse por ambos lados. Los platos vacíos se retiran por la derecha. Las bebidas se sirven sin apoyar la botella en las copas, y las copas nunca se levantan para ser servidas. A veces, tenemos la tentación de levantar la copa cuando nos sirven para ayudar, pero, en realidad, no ayudamos nada.
Las servilletas.
Esta es la parte más divertida, porque ni siquiera los expertos en protocolo se ponen de acuerdo sobre dónde debemos colocar la servilleta. Lo que sí sabemos es dónde no hay que ponerla.
No se deben colocar las servilletas dentro de las copas, ni entre los platos y las copas. Por lo demás, podemos situar las servilletas encima del plato, o bien a la izquierda o a la derecha del mismo, indistintamente. El gusto de colocarla a la derecha nació del dato de que casi todos somos diestros, y es con la mano derecha con la que vamos a tomar la servilleta.
Hay que procurar no dejar manchas de pintalabios en las servilletas, es decir, deberíamos retirar el maquillaje de labios antes de sentarnos a cenar, o tener mucho cuidado de no dejarlo impreso en la servilleta. Las servilletas se desdoblan y se mantienen en el regazo durante la comida, y una vez terminada se dejan a la derecha del plato sin doblarla.
El protocolo en la mesa: normas básicas de saber estar.
Hay algunas cosas cuando estamos sentados a una mesa que deben hacerse y otras que no deben hacerse nunca, ni en cenas formales ni informales. Siempre que se vaya a utilizar la copa para beber, hay que limpiarse la boca con la servilleta.
Si las sopas o cremas están calientes, no se soplan ni en el plato ni en la cuchara. Se espera un poco a que se enfríen. La sopa no se sorbe ni se hace ruido al tomarla. Y jamás se vuelca el plato para terminar una sopa.
Las manos deben estar a la vista y sobre la mesa, con mucho cuidado de no apoyar los codos. Las dos manos siempre a la vista, se parte solo el pedazo de carne que se introduce en la boca y después el siguiente.
Si vamos a hacer una pausa en un plato, pero aún no hemos terminado con él, se depositan los cubiertos ligeramente inclinados dentro del plato, uno a cada lado, sin tocarse entre ellos. El tenedor queda hacia arriba y la sierra del cuchillo mirando al tenedor.
Si ya hemos terminado con un plato, los cubiertos deben dejarse en posición de retirada del mismo; es decir, los cubiertos dentro del plato cruzándose entre ellos, con la sierra del cuchillo mirando hacia nosotros.
Si queremos tener el detalle de hacer saber que el plato nos ha encantado, dejaremos los cubiertos colocados sobre el plato, transversalmente, el cuchillo debe quedar más cerca de nosotros con la sierra mirando al tenedor.
La decoración.
Esta es una parte muy creativa que termina animando a todos los anfitriones a sobrecargar y dificultar la fluidez de la mesa. En la decoración de una mesa formal basta con añadir algún centro o pequeños centros florales. Las velas solo se utilizan en cenas y por la noche. Y no olvides que la música de fondo es el mejor elemento decorativo de una cena con éxito.
Laura Villaverde Santiago.
Profesora del CFGB de Cocina y Restauración.